Angui

nemoPor nuestra pecera han pasado muchos peces: Tigretón, Pirata, Ojitos… Peces de colores que, irremediablemente, acabaron su vida en ese vaso de agua gigante.

Pero hace unos tres años llegó Angui. No sé qué clase de pez era, pero parecía una anguila y nosotros, muy sencillos a la hora de elegir nombres de peces, le llamamos Angui.

A Angui le tocó compartir pecera con Hadorra, cada día más grande, cada día con las aletas más grandes, que las mueve como si fueran las alas de un hada, un poco ordinaria, eso sí, de ahí su nombre.

Hoy, cuando hemos llegado a casa, Angui estaba en el suelo. Había saltado de la pecera en busca de libertad y su viaje, no calibrado, terminó al otro lado del cristal. No sabía que no había agua. Todavía respiraba algo y la metimos rápidamente en la pecera. Sus escamas estaban resecas. Y empezó a moverse, a retorcerse como hacía siempre. Poco a poco, parecía recobrar la energía que le permitió dar ese salto. Subía a la superficie y volvía a bajar. Media hora después, nos dimos cuenta de que ya no vivía. Nunca sabré si fue como consecuencia de su accidente o porque se dio cuenta de que, después de aquel esfuerzo por salir, estaba de nuevo allí y, sencillamente, se le acabaron las ganas de vivir de aquella manera.

6 comentarios en “Angui

  1. Una pecera grande como la tuya, con comida para subsistir y fuera de todos los peligros que entraña un río o el mar….ha vivido como una reina» pez.»
    Lo único que le pasa es que ha llegado a la adolescencia, y como todos, ha querido probar fuera de casa y le ha salido mal….pobre!

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